Maná - Vivir Sin Aire Tour

Pasaron dos años desde la última visita de Maná a Texas y la banda jalisciense regresó con todo. Estos dos shows, uno de ellos sold out, marcaron el inicio de su más reciente gira, Vivir Sin Aire.

El Frost Bank Center de San Antonio se llenó rápidamente de fans latinos de todas partes y de distintas generaciones. Entre la multitud se podían ver playeras de diferentes álbumes y giras, reflejo de la fidelidad y la pasión que ha acompañado a la banda por décadas.

Lo que vivimos anoche fue más que un concierto; fue una celebración en la que un público de aproximadamente 18,000 personas, mayormente latinos, compartieron sentimientos por dos horas y media. Una velada en donde todos juntos le cantamos al amor y al desamor y en la cual la banda nos trajo también un gran orgullo de ser latinoamericanos.

Desde el inicio quedó clara la magnitud de la producción. Cortinas con visuales que simulaban estar bajo el agua daban la bienvenida, mientras un buzo proyectado anunciaba la cuenta regresiva para el inicio del show. Cuando el escenario se iluminó y las primeras notas de Ángel de Amor sonaron al ritmo inconfundible de Alex, la emoción explotó. El arranque se mantuvo con toda la fuerza gracias a Dame una señal y Déjame entrar.

El setlist fue un repaso de sus más grandes himnos. Cantamos al desamor con Mariposa Traicionera, Corazón Espinado y Clavado en un Bar, y nos dejamos llevar por la emoción con clásicos como Te Lloré un Río, Reloj Cucú y Cachito.

El performance fue impecable. El sonido, pulido a lo largo de los años, demuestra por qué Maná sigue vigente a través de generaciones. La química entre los músicos es evidente: improvisan, cambian ritmos y se adaptan al pulso del público con naturalidad. Hubo momentos en los que extendieron canciones solo para divertirse entre ellos, como después de Corazón Espinado, cuando improvisaron ritmos latinos que hicieron bailar a todo el público. Y claro, no podía faltar el solo de batería de Alex, que marcó la transición hacia el segundo escenario.

Este escenario secundario, ubicado en medio del público, ofreció un ambiente más íntimo. Con guitarras acústicas, bajo acústico, percusiones y luces tenues, la banda regaló momentos únicos con El Rey, Reloj Cucú, Hechicera y un emotivo cover de Marco Antonio Solís, Si No Te Hubieras Ido.

La producción fue espectacular: visuales, luces y un despliegue técnico que reforzaba la fuerza de cada canción sin opacar a la banda. Comparado con su show en Austin, en San Antonio se sintió una conexión aún más cercana con el público. Fher compartió anécdotas con su característico humor, hizo reír a la audiencia y cedió espacios para que los fans cantaran a coro. Uno de los momentos más memorables fue cuando un fan le entregó una bandera mexicana; Fher la ondeó por todo el escenario, se hincó y gritó con fuerza: ¡Viva México, cabrones!

El show de ayer fue, para nosotros, uno de los mejores shows de la banda en los últimos años. Un setlist poderoso, un performance impecable y un mar de emociones que recordaron a todos por qué la banda sigue siendo un referente en la historia de la música latinoamericana

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