Shakira en el Alamodome
Shakira por fin llegó al Alamodome de San Antonio este sábado con su gira Las Mujeres Ya No Lloran, después de haber pospuesto su presentación original del 13 de junio. La espera se sintió larga, y las amenazas de lluvia mantuvieron al público en suspenso hasta último momento, pero al final, el show siguió adelante —y valió cada segundo.
Lo que prometía ser un sábado cualquiera se convirtió en una noche épica, marcada por la espera, la emoción y el aguacero que cayó sobre la ciudad, pero también por la energía imparable de miles de fans que a pesar de los contratiempos, estuvieron presentes.
Desde antes de que se apagara la primera luz, la vibra era pura anticipación: luces y banderas listas, acompañados de un público enorme que estaba esperando a la loba. Cuando Shakira salió al escenario con “La fuerte”, el público se olvidó de todos los pormenores y se entregó por completo. Ella bailó, cantó, tocó guitarra y recorrió la pasarela saludando a sus fans.
El setlist fue un viaje por toda su carrera, desde los himnos de los 2000 como “Hips Don’t Lie” y “Whenever, Wherever”, hasta los temas nuevos que han marcado su regreso.
Cada canción fue recibida con euforia, cada coro cantado a todo pulmón. Y aunque la producción fue impecable —con visuales vibrantes, y múltiples cambios de vestuario—, lo que realmente llenó el Alamodome fue la presencia y energía de Shakira.
Uno de los instantes más emotivos llegó con “Antología”, acompañada de un video de sus inicios, arrancando lágrimas y aplausos. Y claro, no faltaron grandes momentos con coreografías increibles así como ese momento en el que todo el estadio, empapado pero feliz, coreó “Waka Waka” como si fuera el último mundial.
A lo largo de la noche, Shakira no dejó de interactuar con la gente. Habló en español e inglés, agradeció la paciencia de los fans tras el cambio de fecha y la espera bajo la lluvia, y se tomó el tiempo de presentar a su banda, varios de los cuales la han acompañado por más de dos décadas. Hubo un highlight especial cuando, entre canciones, compartió un mensaje sobre la fuerza de las mujeres y el poder de levantarse tras cada caída, provocando una ovación masiva. Además, durante “Acróstico”, dedicó la canción a sus hijos y proyectó un video familiar, generando uno de los momentos más íntimos de la noche.
A pesar del clima, los retrasos y las incertidumbres, Shakira convirtió una noche complicada en una de celebración total. No solo nos recordó por qué lleva décadas en la cima, sino que también nos enseñó que la música, cuando se hace desde el alma, tiene el poder de sobreponerse a cualquier tormenta.